Hola María Victoria,
Los valores mostrados por ambos son muy similares. La variabilidad de los datos depende de las fuentes consultadas. La mayoría de los estudios coinciden en un valor al momento de nacer alrededor de 35-40º de anteversión del cuello femoral que evoluciona siguiendo diferentes patrones de normalidad hasta unos 12-15º. Es importante tener en cuenta que las niñas se encuentran habitualmente próximas al valor superior de las horquillas, y los niños en el inferior.
Algo interesante a considerar es que según algunos autores esta evolución es mucho más rápida durante los 3-5 primeros años de vida, posiblemente debido a las implicaciones musculares sobre la arquitectura ósea durante la adquisición y maduración de la marcha. A partir de los 5 años la evolución es algo más lenta y se estabiliza hacia los 9-10 años. Si bien, la reducción de la torsión femoral se considera que continúa durante toda la vida de manera mucho más discreta.
También hay que tener en cuenta no existe un único patrón evolutivo normal. Éste puede ser completamente progresivo y lineal, pero también puede darse otros con periodos de progresión más rápida, seguidos de otros más lentos o estables.
En cuanto a qué valores podríamos considerar que están fuera de la normalidad, habitualmente la horquilla fisiológica es más amplia cuanto más pequeño sea el niño/a. Para simplificar, y sin perder de vista la valoración global del niño, la clínica que presente y su grado de funcionalidad, podríamos considerar que valores 5º por encima o por debajo del valor de referencia estarían dentro de la normalidad. Desviaciones entre 5 y 10º respecto la normalidad podrían ya afectar la biomecánica de la marcha y la carrera. Desviaciones mayores a los 10º se plantearían medidas ortopédicas. Y con desviaciones mayores a los 20º podrían considerarse opciones quirúrgicas.
Te adjunto un interesante estudio con una gran muestra (1319 niños y niñas) obtenida del Hospital de Marsella donde se determinan valores de normalidad. Son datos muy extrapolables a nuestro entorno por la proximidad étnica y cultural.
Jacquemier M, Glard Y, Pomero V, Viehweger E, Jouve JL, Bollini G. Rotational profile of the lower limb in 1319 healthy children. Gait Posture. 2008 Aug;28(2):187-93.
Espero haber resuelto tu duda
Saludos,
Xavi
Buenos días Sara,
En relación a tu pregunta, comentarte que una anteversión o anteposición de la cavidad cotiloidea provoca que cuando exploramos el rango de rotación de la articulación de la cadera, la rótula (que es el punto de referencia utilizado habitualmente) gire más hacia adentro que hacia afuera. Esto se debe a la posición “0” de esta valoración, que se establece cuando la rótula mira hacia hacia arriba o hacia delante cuando el paciente está en decúbito supino o en bipedestación, respectivamente.
Cuando existe una anteposición de la cavidad cotiloidea, implica que en una posición relajada o neutra de la articulación de la cadera, la rótula ya se encuentre mirando hacia adentro (convergente). Esto hace que cuando exploremos el rango de rotación y coloquemos la rótula mirando hacia adelante (como punto “0” de referencia”), ya habremos “gastado” o utilizado cierto grado de rotación externa de la cadera. Por lo tanto, al realizar durante la valoración una rotación externa de esta cadera desde este punto cero, ya le va a quedar menos rango en externo (porque parte de él ya lo hemos utilizado para colocar la rótula en nuestro punto “0”). En cambio, cuando realicemos la rotación interna de esta cadera, la rótula girará mucho más en rotación interna, ya que cuando esté en ligera convergencia (que será la posición relajada para esta cadera) aún le quedará todo el rango de rotación interna de que disponga.
Soy consciente que explicar esto sólo con palabras puede dificultar su comprensión o visualización. Si aún no he sabido explicarme y aclarar tu duda, ruego que me lo digas para poder enviarte por correo algún gráfico que sea más clarificador.
Un saludo
Xavi Ruiz
Buenos días Alondra Valeria,
Si se contabiliza des del momento en el que se produce la fecundación, es a la 8ª semana después de ésta cuando acaba el periodo embrionario y se inicia el fetal. Si se contabiliza desde el inicio del embarazo se consideraría que el periodo fetal comienza a la 10ª semana.
¿Por qué esta diferencia?
Debido a que es imposible determinar con exactitud el momento de la fecundación, el inicio del embarazo se establece des del primer día del último ciclo menstrual, cuando la mujer aún no estaría embarazada. Este criterio consensua el inicio del embarazo a partir de un hecho conocido y objetivo. Por este motivo hay un pequeño desfase de 1-2 semanas entre las semanas de embarazo y el tiempo real de desarrollo embrionario y fetal.
Por lo tanto, el final del período embrionario se produce a la 10ª semana de embarazo o a la 8ª semana des de la fecundación.
Espero haberte resuelto la duda.
Xavi
Buenos días Alba,
Los genes homeóticos son los que incluyen un gen homeobox. Un gen homeobox está formado por un segmento de ADN (180 pares de bases) y codifica una proteina que actuará como factor de transcripción de otros genes. Estos otros genes van a regular en desarrollo de los distintos segmentos corporales. Es decir, van a indicar qué estructuras se tienen que desarrollar (brazos, alas, antenas) y en qué posición han de ubicarse según el eje corporal. Estos genes diferencian las estructuras y su ordenación en las diferentes especies animales. En los mamíferos, por ejemplo, muchos de estos genes van a ser casi idénticos, dadas las similitudes que existen entre ellos.
Xavi
Hola Alba,
Sí, tu fíjate hacia dónde se proyecta la estructura en un sentido próximo-distal o craneo-caudal. Un genu valgo hace que la tibia se aleje del eje medio corporal. Así como un 1r dedo en un hallux valgus, un talón valgo o un cúbito valgo.
Valgo, es el término genérico que expresa la posición alejada de una estructura del plano medio corporal. Efectivamente, en un genu valgo (que es donde se puede generar la confusión), la rodilla estará más próxima al eje corporal, pero la proyección de la pierna se alejará.
Espero haberte aclarado la duda.
Xavi
Hola Rafael,
Sí, también es causa de intraversión del pie una torsión tibial interna, pudiendo ser a su vez fisiológica la femoral. Esta situación es más frecuente en los primeros meses de vida, por el repliegue fetal intrauterino, pero es poco habitual a partir de los 2 años. A partir de esta edad son más habituales, como causa de intraversión, las torsiones tibiales externas reducidas asociadas, o no, a torsiones femorales internas superiores a los valores de referencia por edad.
Perfecto Vanessa.
Gracias a tí.
Xavi
Buenos días Vanessa,
Los sesamoideos ya aparecen durante el periodo embrionario en forma de tejido fibro-cartilaginoso, pero no se osifican hasta los 10-12 años de edad aproximadamente, haciéndose en este momento radio-opacos. Por lo tanto, al estar ya presentes, sí que podemos hablar de sesamoiditis. Es poco habitual su inflamación antes de la osificación, aunque posible. Según las cargas que reciba, por actividad o biomecánica del pie, ese fibrocartílago podría llegar a inflamarse. Cuando en la adolescencia ya aparecen osificados, es la inflamación del cartílago que envuelve la zona osificada de los sesamoideos la que podría ser causa de dolor (sesamoiditis).
En cuanto al tratamiento, pueden ser importantes estas acciones:
– Reposo o disminución de la activida física
– Evaluación y compensación de la biomecánica del pie (por si está generando sobrecarga o tensión en la zona) con soportes plantares que podrían incluir descargas selectivas.
– Evaluación de posturas anteriorizadas, genu valgo…
– Evaluación del calzado (contención y amortiguación)
– Crioterapia (frio local) en fase aguda
– Posibilidad de AINEs (posología según edad y peso)
Espero haberte ayudado.
Saludos,
Xavi
Hola Blanca,
A pesar de que la radiología simple ha evolucionado mucho en cuanto a minimizar la cantidad de radiación a la que se expone el paciente, como norma general y especialmente en población pediátrica, las pruebas radiológicas deberían restringirse todo lo posible. Para monitorizar parámetros angulares de las extremidades inferiores en niños, existen metodologías clínicas cuantitativas que, bien realizadas, podrían ser suficientes.
Para mejorar todo lo posible la precisión y fiabilidad de dichas valoraciones clínicas te aconsejo utilizar marcadores (puntos sobre la piel, con lápiz dermográfico o pegatinas) sobre puntos anatómicos concretos, en función del ángulo a valorar. Posteriormente tendrías que hacer una foto totalmente frontal al plano a valorar y a la altura del vértice del ángulo en cuestión (para evitar el efecto perspectiva), para después determinar su valor angular a través de una de las múltiples aplicaciones que existen de análisis de imagen (incluidas en muchas plataformas de presiones, kinovea…).
Las pruebas radiológicas deberían reservarse para los casos más graves y para la planificación y evaluación prequirúrgica, en caso necesario.
Para la valoración del plano transverso (torsiones femorales y tibiales), disponer de un equipo de ultrasonografía (totalmente inocuo y accesible en consulta) podría ser muy útil para su cuantificación, con un grado de precisión y fiabilidad próximos a los que nos ofrecen otras pruebas como el TAC y la RMN.
Para cualquier otra duda o aclaración de algún ángulo concreto estoy a tu disposición.
Xavi Ruiz
Sí Ainara.
Durante la fase de apoyo del pie durante la marcha, si existe torsión femoral interna aumentada y no hay compensación tibial en torsión externa, el ángulo de progresión del pie está reducido o incluso en intraversión (en función de la magnitud de la torsión interna del fémur).
No hay que olvidar que, aunque sea lo más habitual, no sólo la estructura ósea va a determinar la orientación de la extremidad en el plano transverso sino que la tensión de los rotadores de cadera puede condicionar el ángulo de progresión del pie durante la marcha. Tal como pasa en los niños más pequeños, donde la contractura en rotación externa puede estar aún presente por la posición fetal.
Saludos,
Xavi Ruiz
Hola Isabel,
Las marchas en intraversión, donde las rótulas se observan convergentes (mirando hacia dentro) son causadas principalmente por un aumento de la anteversión del cuello femoral o torsión femoral interna. Las causadas por una anteposición acetabular son mucho menos frecuentes. De todas formas hay una manera indirecta de evaluar clínicamente cuál de las dos alteraciones es la responsable.
En ambas, se produce un aumento de la rotación interna de la cadera. La anteversión aumentada puede detectarse mediante el test de Craig. En cambio, cuando observamos un aumento la rotación interna coxo-femoral y el test de Craig evidencia una anteversión del cuello femoral fisiológica, se puede deducir que la alteración en rotación interna viene provocada por un aumento de la anteposición cotiloidea.
En cuanto a la segunda pregunta, sí, tanto si se da una anteposición aumentada de la cavidad cotiloidea como una anteversión aumentada del cuello del fémur, la rótula aparece convergente o en rotación interna.
Y sobre la última pregunta, un parto distócico donde el feto se presenta de nalgas, es un factor de riesgo a padecer desalineaciones de los miembros inferiores. De hecho, cualquier mala posición fetal durante el último trimestre de embarazo puede favorecerlas.
Espero haber resuelto tus dudas.
Saludos,
Xavi Ruiz
Buenos días Ainara,
A diferencia del genu hiperextensus, el genu flexum es una condición mucho menos habitual en edad infantil. Si está presente, lo primero que tendríamos que descartar es alguna alteración neurológica que curse con rigidez o espascticidad muscular, y que pudiera ser la causa. Hay que tener en cuenta que un genu flexum también puede darse por una posición adaptativa de un pie talo congénito, para permitir el apoyo plantar total.
Las consecuencias biomecánicas sobre el pie pueden ser muy diversas. Irán en función de di el flexum es primario (causa) o secundario/adaptativo (consecuencia). De manera global, el centro de presiones monopodal quedaría adelentado causando un aumento de presiones sobre el antepié.
Y en cuanto a la marcha de puntillas, las causas son múltiples, desde las de condición idiopática hasta las de origen neurológico. El genu flexum, si es debido a un acortamiento o rigidez de la cadena muscular posterior de la extremidad inferior, podría ser un factor favorecedor de la marcha de puntillas.
Espero haberte respondido.
Saludos,
Xavi Ruiz